lunes, 3 de marzo de 2014

Si el sueño de la razón produce monstruos, su despertar produce Fantasmas.


Me pregunto cual es la relación que hace más imbécil al ser humano cuanto más culto es.
Se supone que debería ser al revés ¿no? se supone que la cultura debería aportar sabiduría. Sabiduría humana, además de acumulación de datos. ¿Qué sentido tiene que uno sepa de todo si por contra es incapaz de entender a nadie más que a sí mismo o a quienes se le parecen? ¿Para qué leer filosofía si no nos enseña a relativizar el universo? ¿Porqué nos quejamos de los "paletos" y los llamamos cerrados de mente cuando en realidad el "culto" se cierra igualmente?
   Lo cierto es que cuanto más culto el hombre, más pretencioso.. y sigue siendo igual de intolerante. Está claro entonces que la cultura tiene poco que ver con la calidad humana. Cuanto más conozco a lagente pretendidamente instruída, más aprecio a los que llaman ignorantes.




La fórmula de la felicidad prefabricada

Ni la anarquía ni ninguna otra forma de autogobierno está comprendida en el sistema en el que vivimos. Cualquier forma de madurez del individuo y de realización personal supone un peligro. nos basamos en una esclavitud inconsciente bajo la máscara de una libertad que jamás hemos conquistado. Puesto que ahora los señores no tienen derecho de pernada directa sobre nosotros y que somos muchos miles de millones, el modo de sometimiento es otro, completamente emocional. Confían en nuestro instinto de manada, nuestra dependencia de esta y han creado una necesidad de socializarnos en grandes masas. Cosa que en absoluto es natural a nuestro origen evolutivo. Y para manejar esas grandes masas hace falta control, para el contro hace falta jerarquías, y para que la jerarquía se mantenga, es necesario un sometimiento emocional muy intenso.
   Por eso ninguna de las fórmulas de la felicidad que nos proponen ( o dejémoslo en estabilidad emocional) funciona. Jamás se pretendió que funcionara, basta con que simule hacerlo. 


El potencial Ignorado.

Si tuvieramos un respaldo estatal que se preocupara del potencial de sus individuos, cada uno deberíamos haber sido encaminados desde la infancia hacia aquellas cosas que se nos daban mejor y siempre teniendo en cuenta, además de nuestras habilidades, nuestro carácter. En un mundo así no existiría la alienación, y los individuos realizados serían mucho más felices e innecesarios de manipular, ya que estarían satisfechos. Lástima que sea más laborioso crear individuos felices que sometidos.